La visita de Juan Yañez, el director del colegio Casablanca
de Elche, situado en una zona conflictiva, con una gran mayoría de personas de
etnia gitana y extranjeros debido a las casas de alquiler que predominan en
dicha zona, fue muy enriquecedora para todos nosotros.
Este centro, en sus comienzos contaba con muy pocos alumnos
matriculados, ya que era un centro de compensatoria, siguen teniendo pocos
alumnos ya que reúnen el 72% de características especiales, por ello actúan de
forma diferente a un centro ordinario, contando con 20 alumnos solamente en
cada clase, y siendo ayudados económicamente por becas y ayudas.
Una de las mayores amenazas con las que cuenta este centro y
por la cual, lucha cada día es por reducir el absentismo. Esta situación se da
en un 20% de los niños que acuden al centro, y su solución es bastante
complicada ya que los padres de los alumnos dan números y direcciones falsas, y
cuando se pretende contactar con ellos se hace imposible, por lo tanto es la
policía la que tienen que intervenir, a pesar de que al tiempo vuelven a faltar
y estos casos acaban resolviéndose en fiscalía.
Los niños de este centro precisan de una enseñanza
individualizada, y por lo tanto son necesarias las adaptaciones curriculares.
Los docentes y la dirección realizan una labor social importante, ya que estos
alumnos al no estar registrados no reciben las becas del comedor y tienen que
salir a buscarla a entidades privadas, además realizan la llamada “bolsa
merienda” para aquellas familias que no tienen para comer, les dan una bolsa
con alimentos tanto para los niños como para los padres, y en Navidad
también les proporcionan alimentos a 33
familias en situaciones precarias. Otra de las acciones que realiza el centro
es colaborar con asociaciones para ofrecer diferentes opciones a los niños que
pasan la tarde por ahí sin hacer nada, y sin estar acompañados por adultos, así
como organizan campamentos de verano y muchas más actividades. En cuanto a las
excursiones, es necesario que el centro cuente con subvenciones, ya que de lo
contrario sería imposible sacarlos del centro.
Tras escuchar a este hombre hablar sobre su centro y sus
alumnos, lo único que podía sentir era admiración, pues nos contaba anécdotas
como que había sido amenazado con una navaja, o le habían destrozado el coche,
riéndose, como si no tuviera importancia, y esto solo lo puede sentir así una
persona que siente vocación por su profesión. Es increíble ver que existen
personas que dan su vida por mejorar la vida de otros, pues cuando trabajas y
diriges un centro de estas características, es imposible dejar los problemas en
la escuela, siempre estarán en tu cabeza rondando y siempre estas pensando
nuevas formas para responder a las necesidades educativas de tu centro, siempre
querrás innovar.
Desde mi punto de vista ha sido una conferencia sobre todo
enriquecedora y motivadora para aquellas personas que como yo, sienten vocación
por esta profesión, es más si en un futuro profesional pudiera elegir, acudiría
a un centro de estas características.
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